A poco más de un mes de su inauguración puedo decir que el metro de Sevilla me ha ahorrado muchos disgustos, me explico: ya no llego agobiada, cabreada, tarde y de los nervios a ensayar como lo hacía antes a diario.
Sólo han hecho falta más de tres décadas para que los sevillanos y los forasteros que no nos queda más remedio que frecuentar las calles de Sevilla podamos disfrutar de tan moderno invento.
Parece mentira que el permiso de obra lo llegara a firmar Franco, parece de chiste, pero joder, es la absurda realidad… Aquí las cosas de palacio sí que van despacio…¿ las otras líneas para otros 30 años? Yo pregunto porque visto lo visto no estoy diciendo ninguna barbaridad.
Pero hoy no me quejaré de su servicio…mentira, si lo haré.
Me quejo de sus horarios: entre semana a las 11 de la noche es el último servicio.¿ A quién se le ha ocurrido esa idea?¿ Están de broma? ¿Qué malo tiene esperar a las doce como en todos los metros del mundo? En fin, me han hecho el favor a medias, al menos así lo veo porque mientras mantengan estos horarios a muchos les seguirá faltando un medio de transporte verdaderamente efectivo.
Otra cosa que no entiendo es por qué han hecho unos vagones que parecen de juguete. No quiero compararme con otras ciudades pero ¿uno no hace los proyectos pensando en el futuro? Hay cosas que no entiendo y es verdad que me desilusioné al ver el metro tan pequeño…
Ahora sólo queda que la gente se conciencie y lo utilice porque aún hay quien dice que sin su coche no sale de casa…ya son ganas de aguantar atascos.
jueves, 30 de abril de 2009
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