No quiero ni imaginar que tiene que pasar por la cabeza de una madre cuando muere uno de sus hijos. Menos me gustaría imaginar cuando esta muerte es provocada por un descuido suyo.
Desde hace dos años se suceden las noticias sobre estos casos, niños que son olvidados en los interiores de los coches durante horas en los meses de verano, el año pasado ya fue noticia en Sevilla. Imaginen…el interior del coche es un horno.
Vivimos en una sociedad en la que las prisas están en nuestras vidas a la orden del día. No tenemos tiempo de nada y el tener hijos casi es un lujo, por lo que hoy en día para mantenerlos se necesitan en casa dos trabajos.
De todas formas no entiendo que a mi, que no se me olvida ni el gato cuando voy con él en el coche, a unos padres se les olvide tan preciado bien durante horas. Es algo inexplicable y demasiado grave como para decir aquí a la ligera que esos descuidos no fueron tales.
La vida de estas personas estará marcada para los restos, su conciencia se verá turbada día a día con el recuerdo de tan trágico incidente. Ya esto debe ser suficiente castigo.
Tremendo, cada noticia de estas es un mazazo y sin embargo, dudo que sea la última del verano. Espero equivocarme pero es que no puedo dejar de preguntarme en qué sitio tienen estas personas la cabeza.
domingo, 19 de julio de 2009
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