martes, 24 de agosto de 2010

Recuerdos de una viajera: París ( 2ª parte)


Tenía mucho que ver y pocos días para poder empaparme de toda aquella preciosidad.

Una de las cosas que no hay que hacer es contratar excursiones mediante agencias, por lo menos las que incluyen Versalles. Es un consejo totalmente cierto. Me vendieron una excursion que incluía Versalles, paseo en bus por la principales avenidas de París, Torre Eiffel y paseo en barco por el Sena ( totalmente recomendable).

A las ocho de la mañana quedamos en la puerta de la agencia que se dedicaba a organizar excursiones. Nuestra guía era una tomadura de pelo...a ratos me indignaba de escuchar las tonterías que soltaba por aquella boca, no tenía ni idea de arte y durante su visita a Versalles demostró lo poco que sabía de historia. Lamentable. En realidad lo que más me indignó fue enterarme que sólo le íbamos dedicar a esa visita dos horas. ¡ Sólo dos horas! ¿ Estamos locos? En dos horas no da tiempo a nada, pero nada de nada...Encima topamos con una huelga de los trabajadores de allí, todo parecía en contra, total, que en lugar de dos horas fue una hora y media de visita a uno de los sitios más emblemáticos de toda Francia. Si a eso le unimos la pachorra de la guía, que no decía nada pero se enrollaba como una persiana comprenderéis por qué me fui por mi cuenta a recorrer parte del palacio, porque tenía intención de ver aunque fuera de lejos sus interminables jardines. Qué enormidad y qué opulencia...era comprensible que el pueblo se les sublevara, las riquezas que allí vi y la vidorra que se pegaban...

Durante la tarde visitamos la Torre Eiffel, pese a estar en temporada baja allí no se cabía...Sólo pudimos subir hasta el 2º piso ya que durante el invierno la parte alta de la torre cierra al público. Sólo ahí fue, desde las alturas, cuando me di cuenta de lo enormemente grande que es esa ciudad...

La última excursión del día estuvo dedicada a dar un maravilloso paseo con audio guía por el Sena. Aquello fue de noche, si tienen posibilidad de montar en barco ( os aseguro que no marea) hacedlo de noche. Ver la ciudad desde el río iluminada es algo que no os podéis perder, ver el Louvre, Notre Dame, la Torre Eiffel con sus destellos...Es algo que recordaréis toda la vida.

El día fue intenso, me quedé con pena de no haber podido pasear con tranquilidad por Versalles y sus jardines, en primavera debe estar precioso. De seguro la próxima vez que vaya a Francia será para quedarme en Versalles, aquello hay que verlo bien y para eso se necesita tiempo. Merecerá la pena el día que vuelva si sólo me dedico a visitar el Chateau.

Recuerdos de una viajera: París ( 1ª parte)


El día 21 del pasado mes de enero emprendí mi viaje a París con todas las ilusiones del mundo puestas en él. Deciros que no sólo no me defraudó la ciudad sino que tengo un grato recuerdo de sus calles, sus edificios, sus monumentos...

Llegué a París a mediodía, el cielo estaba encapotado aunque no llovía. Durante mis primeras horas, tras dejar las maletas en el hotel, me dediqué a pasear por las calles cercanas, mi hotel se situaba en pleno centro, al lado del Louvre, un sitio totalmente recomendable.

Mi primera impresión al salir a la calle fue que todo el mundo tenía prisa, sobre todo los conductores. No he visto ciudad donde se respete menos al peatón que esta. Decir que al principio pensaba que los pasos de cebra eran puramente decorativos ya que para cruzar la avenida me llevé un buen rato sin que ni uno solo de esos coches hiciera el amago de aminorar la marcha para asegurarme de que podía pasar. Ahora recuerdo que eran tres carriles de velocidad...Con el tiempo aprendí que los franceses no entienden que vas a cruzar hasta que no bajas de la acera, claro, antes de saber eso no se me hubiera ocurrido bajar ya que el respeto es mínimo y el carácter de los franceses deja bastante que desear sobre todo si eres española, qué cosas, ¿no? En honor a la verdad tengo que decir que también encontré gente muy amable, no vayamos a generalizar.

Una cosa importante que debes saber es que debes tener muchísimo cuidado con los robos: de esto te avisan en todos lados, museos, monumentos...Los carteristas se sitúan en los alrededores de los sitios más emblemáticos y te puedes encontrar desde que el te birla la cartera sin que te des cuenta hasta el que trama una jugarreta en equipo con otros compinches para dejarte sin blanca. Incluso en el ascensor de la Torre Eiffel avisan mediante carteles del cuidado que deben tener los turistas. Tremendo.

Vayamos a lo bueno, tras mi largo paseo se hizo de noche y camino al hotel pude ver la torre Eiffel totalmente iluminada. Me sobrecogió ver tal imponente obra de arte en la distancia, no la vería bien hasta el día siguiente que fue cuando subí, entonces fue cuando me dije: ¡Estoy aquí!

Qué gran verdad es que París es la ciudad de la luz. Tiene una noche preciosa, es impresionante ver los destellos de la torre que son a cada hora durante unos minutos, y merece la pena verlo de lejos y de cerca.

Estaba totalmente ilusionada por estar allí y tenía grandes proyectos para los siguientes días. Eso sí, para visitar París necesitas más de quince días si quieres ver las cosas con tranquilidad y quieres verlo todo.

En otra ocasión os contaré sobre mi excursión a Versalles...

lunes, 23 de agosto de 2010

Retomando donde lo dejé

Hace meses volví a dejar de escribir. Mi última intervención, ya eliminada, era una promesa no cumplida en la que debía contar qué tal fue mi viaje a París. Prometo hacerlo con fotos incluidas, aún en la distancia puedo recordar perfectamente qué vi cada día y las sensaciones que me causaron las calles parisinas. De aperitivo diré que es la ciudad perfecta para vivir, eso sí, con la cartera bien llena.

Día a día me prometía a mi misma que volvería a retomar el blog pero qué decir, me pesaban las manos para escribir y mi mente estaba saturada. Ahora, a apenas 9 días de terminar mis vacaciones he decidido volver por aquí. Lo mejor de las vacaciones lo he dejado para el final, un viajito a Lanzarote. Tengo muchas ganas de conocer la isla, amigos me la han recomendado y llevo la maleta llena de expectativas.

Mañana volveré a dejar mi huella por estos lares.