miércoles, 20 de febrero de 2008

Vecinos

Por todos es sabido que un buen vecino en un momento dado te puede quitar más de un apuro. Llevo más de siete años viviendo en Gibraleón y con mis vecinos siempre me he llevado bien. Somos personas amables, todos muy trabajadores y con un nivel cultural medio/alto. Siempre he vivido en esta zona muy a gusto, es muy tranquila, apenas pasan coches, el ambiente es inmejorable.

Ahora nos acaba de llegar un “ prenda” a la calle. Ha llegado el típico vecino mete pata, y se ha buscado enemigos por todos lados. Ni que decir tiene que los vecinos tenemos nuestras “ normas” de convivencia. Una de ellas es no jorobar por gusto, me explico: hasta hace un par de meses no había ni una placa de vado permanente en los garajes ( vivimos en casas y casi todos tenemos nuestro garaje ), no hacía falta. Cuando alguien que no tenía garaje tenía que aparcar lo hacía en la zona donde no estorbaba a los coches para salir de los inmuebles. Hay sitio de sobra, pueden aparcar muchos coches sin tapar esas salidas. Pues ha llegado un señor, bastante joven, de unos 30 años, digo lo de la edad porque me sorprende que haya gente tan ceporra con tan pocos años, su mente debería ser más abierta y no pensar solo en ver de qué forma fastidiar al prójimo por gusto.

Este hombre llegó a finales del mes de Octubre y se hizo notar todo lo que pudo. Posee dos furgonetas y ningún garaje. El primer día me puso la mitad de su vehículo en la puerta del garaje, le puse una nota, como siempre hecho en otras ocasiones, para solicitar que no la volviera a poner ahí habiendo sitios libres en la calle y que, además, no interrumpían la entrada y salida de vehículos de nadie.
La respuesta amable de este señor fue la siguiente “ Pone un Vado” literalmente. Solo eso. Tuve suerte de tener el coche fuera ese día, mi problema fue no poder meterlo en mi garaje. No movió la furgoneta en una semana del mismo sitio. Ni un centímetro. A lo largo de las semanas ha ido molestando intencionadamente al resto de vecinos, un par de días me tocaba a mi, otro par de días le tocaba al vecino de más arriba. Vamos, una joya encontrada el tío.

Ni que decir tiene que mi coche no pisó el garaje en más de dos meses, quería poner el vado pero era casi finales de año y desde la Gestión Tributaría me decían que si lo solicitaba desde octubre o noviembre debía pagar el año entero. Decidí ponerlo en enero y durante todo ese tiempo mi “ querido” vecino iba fastidándome a mi y al resto de la calle con sus dos forgonetas. Nunca sabíamos a quién le iba a tocar…

Como consecuencia, me he gastado un dinero que no tenía pensado gastarme gracias a este cenutrio, ya se, legítimamente él tiene la razón, no tenía vado y él podía tapar mi puerta…ahora eso sí…me ha obligado a poner un vado permanente, tengo un metro por cada lado de la puerta en la que nadie puede aparcar, pintado de color amarillo y , la verdad, estoy deseando que llegue el día en que se pase solo cinco centímetros y se meta en mi querido espacio vedado. Dicen que la venganza es un plato que se sirve bien frío y yo estaré esperando a que se descuide un día para poder darle de su propia medicina. ¿ No quería vado? Ya le daré yo a partir de ahora grúas y multas porque no le pienso perdonar ni una.

Si es que donde las dan...

2 comentarios:

Scabio dijo...

Creo que prácticamente todos hemos tenido la desgracia de encontrarnos con un vecino así. Imagino que será gente bastante desgraciada que, quizá, se regocije en su casa rememorando su última "hazaña". A lo mejor, a tu vecino incluso le parecía gracioso tapar la puerta aprovechando la ausencia de vado. No creo que cometa la torpeza de dejar el coche donde no debe, pero sería divertido, ¿verdad?

Por supuesto, te pido que dejes constancia en el blog si eso sucediera para reírnos un rato...

Aaadios

Die Walküre dijo...

Descuida...